jueves, 8 de enero de 2009

Encuentro cercano en la zona del Moncayo

A finales de la década de los setenta se reportaron una serie de avistamientos de OVNIs en las faldas del Moncayo. Uno de los más interesantes, por mostrarse el fenómeno aparentemente cerca de los testigos, es el ocurrido entre Litago de Moncayo (Zaragoza) y Tudela (Navarra) el lunes, día 5 de febrero de 1979. La Gaceta del Norte, del sábado 10 de febrero, publicaba la siguiente noticia:





Según la información anterior, la observación comenzó cerca del cruce de la carretera de Litago con la de Tarazona, a las 2:30 horas locales. Por el lado izquierdo, en el sentido de la marcha, apareció un disco luminoso de color blanco y el coche empezó a perder fuerza hasta que se paró (supuesto efecto EM). El OVNI, de un metro de diámetro, se encontraba inmóvil y a unos 500 metros de distancia. Luego, cuando los observadores continuaron su ruta, el OVNI se desplazó, durante un tramo, delante de ellos como indicándoles el camino porque se desorientaron. A continuación lo perdieron de vista. El OVNI estuvo a la vista de los observadores durante unos seis kilómetros y no produjo sonido alguno.

De nuevo, ésta es la típica “persecución” lunar que se produce, con algunas variantes, prácticamente de la misma forma. La citada noche, y a la hora del “encuentro” (2:30 h), la Luna era visible por el WNW (azimut 107º) muy cerca del horizonte (a unos 3º). Su ocaso aconteció a las 2:50 horas (GMT+1).



Como se puede ver en el mapa, el tramo de carretera (antes del cruce con la de Tarazona), de unos 5 kilómetros, está orientado hacia el NW. También, se puede comprobar que la Luna estaba ubicada, al comienzo de la observación, al lado izquierdo de los observadores, justo donde quedaba el OVNI. El citado astro, cuando está tan cerca del horizonte, suele tener un tamaño considerable y llamativo (la ilusión de la Luna). Si, por diversos motivos, no se la identifica, puede parecer un extraño objeto cercano y casi aterrizado, percepción ilusoria ya constatada en numerosas ocasiones.



Lo que en principio puede parecer un efecto EM provocado por el OVNI, seguramente no fue más que producto de la impresión del conductor. El mismo testigo así lo manifiesta en el relato de prensa: “No sabría decir si el nerviosismo mío lo paró (el automóvil) o fue una fuerza extraña impulsada por ese gigantesco aparato que nos observaba quien lo detuvo. Lo que sí podemos afirmar es que las luces cortas siguieron encendidas.”

A continuación, el aspecto que tenía nuestro satélite natural a las 2:30 horas de la citada madrugada:

El tamaño del OVNI (1 metro) y la distancia observadores-ovni (500 metros) son valores muy subjetivos. Cuando se está viendo algo que no se sabe lo que es, resulta muy complicado calcular distancias y tamaños. Los testigos prosiguieron su camino y el OVNI hizo lo mismo pero situándose delante de ellos, “como indicándoles el camino”. Es la clásica ilusión cuando se va en coche (paralaje del movimiento). Si nuestro satélite está a un lado, parece perseguir al automóvil. Si está de frente, parece mantener la distancia con el mismo. Al llegar al cruce citado anteriormente, la carretera cambia bruscamente de dirección y se dirige hacia el NE. A partir de ese momento, la Luna les quedaba casi a la espalda por lo tanto, esa circunstancia unida a las lomas del horizonte y a que el astro estaba cerca de su ocaso, hicieron que perdieran de vista al OVNI.

Un detalle curioso es la apreciación, del testigo, de un triángulo en el centro del OVNI que interpreta como patas o el tren de aterrizaje, ¿manchas lunares?

Otro elemento llamativo es el de la desorientación. Los observadores quedaron tan impresionados con la observación de lo que creyeron que era un OVNI que durante un buen tramo del trayecto perdieron el sentido de la orientación. Esta situación no es rara y ya aparece en otros casos similares.

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